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MUNDO  SAGRADO

«Desde mi primera juventud, la Biblia me cautivó. Siempre me pareció, y me parece, que es la fuente más grande de poesía de todos los tiempos. Desde entonces, busqué ese reflejo en la vida y en el arte. La Biblia es como una resonancia de la naturaleza y representa el enigma que yo siempre he querido transmitir».

 

-Marc Chagall Marc

 

Chagall era judío y su infancia se vio profundamente afectada por el antisemitismo del Imperio Ruso. Fue testigo de la persecución y el exilio de sus compatriotas por sus creencias religiosas, y en lo más profundo de su alma existía una inmensa tristeza por el sufrimiento de su pueblo. En 1931 realiza un recorrido por Egipto, Siria y Palestina. La peregrinación a Tierra Santa supone la visita de los lugares que fueron escenario de la historia del pueblo elegido: Haifa, Tel Aviv y Jerusalén; el eterno exiliado, el judío errante, descubre sus raíces, su tierra de origen. La experiencia supuso para el artista una vuelta a la tradición del judaísmo, al tiempo que una profunda reflexión sobre su identidad y una comunión con la naturaleza. El viaje tiene un fuerte impacto emocional en el espíritu de Chagall. Sus creaciones sobre la Biblia reflejan su fe, su vitalidad, la intensa luz palestina que le ilumina, la fuerza espiritual recibida: «Cuando finalmente descubrí la Biblia, vi que estaba rodeada de nubes y brillaba como el cielo estrellado sobre nuestra tierra».

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