Nō es el término que engloba el teatro clásico de Japón, al principio, reservado únicamente a la aristocracia. Se remonta a la era Muromachi (1333-1573) como expresión consumada del arte y se caracteriza por una esencialidad extrema.
La Gran Ola de Kanagawa, conocida comúnmente como "La Ola", es considerada como una de las obras de arte más conocidas, reproducidas e influyentes de todos los tiempos.
Bijin significa ‘mujer hermosa’, una figura esencial del ukiyo-e. La representación de la figura femenina fue extensa dentro de la producción de los artistas de ukiyo-e.
El shunga, las imágenes de la primavera (en la época llamadas también makuraee, imágenes de la almohada, y warai-e, imágenes hilarantes), representa un género en absoluto secundario en la producción ukiyo-e que abarca la amplitud del erotismo.
Un netsuke (raíz para sujetar), era un accesorio imprescindible en el vestido tradicional japonés que utilizaban y siguen utilizando, en determinados actos, tanto hombres como mujeres y niños.
Otra técnica muy recurrida y que manifiesta la esencia de la cultura japonesa es el kakemono o kakejiku, literalmente ‘colgante’, con su sofisticado equilibrio de espacios y la búsqueda constante de la creación de objetos armoniosos.
Los primeros fotógrafos japoneses experimentaron, sin duda, la fascinación de la pintura ukiyo-e tanto por lo que se refiere a la elección de los sujetos como por el encuadre y el colorido posterior a la impresión.
Musha es el guerrero tribal, el arquetipo del héroe solitario, el líder en los campos de batalla y el esteta en tiempos de paz. Es, al mismo tiempo, guardián de la paz y defensor del poder aristocrático.